lunes, 5 de diciembre de 2016

John Berryman / El viajero . Traducción de Jonio González

John Berryman /
 El viajero


Me señalaron en la carretera y dijeron
“Ese hombre tiene un modo curioso de agarrarse la cabeza”.
Me señalaron en la playa, dijeron “Ese hombre
jamás será como nosotros, por mucho que lo intente”.
Me señalaron en la estación y el guarda
me miró dos, tres veces, serio y severo.
Tomé el mismo tren que los otros,
hacia el mismo lugar. De no haber sido por esa mirada
y esas palabras, todos nosotros seríamos lo mismo.
Estudié sencillamente los mapas. Traté de poner un nombre
a los efectos del movimiento en los viajeros,
miré a la pareja que tenía más cerca, las maldiciones
y bendiciones de esa pareja, su destino,
la decepción que se llevaron en la estación,
su valentía. Cuando el tren se detuvo y supieron
que habían llegado al final de su viaje, yo también bajé.




(trad. JONIO GONZÁLEZ, de “Selected Poems of John Berryman”, Faber and Faber, Londres, 1972, en "La Danza del Ratón", nº 14, abril de 1997.)





sábado, 3 de diciembre de 2016

MARCO RAMÍREZ MURZI / 4 Poemas de LOS ESTIGMAS





EL VIAJE
                A Elio Jerez Valero

He caído,
profundo,
por mí mismo,
y he visto el corazón,
como una casa sola, donde el viento
golpea puertas y ventanas.
El me ayuda a negar la luz
o a descifrar la lluvia
o el secreto de los pájaros.
Me da la compañía
de quien entierra,
muy amorosamente,
los recuerdos.
Me desata en los relámpagos.
Me lleva, de su brazo,
por las calles,
donde uno se va muriendo,
o donde puede estar más solo
que en la misma soledad que tiene adentro.
Me acerca hasta tu cuerpo.
Me convierte
en tu otra piel,
en la rosa o el olvido.
Y me lleva, por fin, a todas partes,
porque soy el hombre
que ha tardado millones de siglos construyendo
el instante supremo de su muerte.



EL FINAL
                  a  Dionisio Aymará


Vengo de muchos sitios.
Algunos
se llaman polvo, ceniza, estrellas.
Se llaman "adiós", "te amo" o "hasta luego".
Los años,
(mejor decir el tiempo),
me han ido separando
de los seres que amo,
de las cosas
que transitoriamente fueron mías.
Ahora,
me voy acercando hasta mi encuentro.
Comenzaré
por hacer el inventario de todas las memorias.
Por buscar un bello nombre para cada nostalgia.
Por crear un rostro hermoso para cada recuerdo.
Por despedirme de las manos infinitas.

Y, después, sí.
Que todo se borre del espejo.


EL COLOR DEL HOMBRE

El hombre no tiene color.
Puede ser blanco, negro o amarillo,
porque no tiene color.
Se dice que es hecho a semejanza de Dios,
precisamente
porque no tiene color.
Pierden los blancos el tiempo siendo blancos,
los amarillos siendo amarillos
y los negros siendo negros,
porque el hombre no ha tenido ni tendrá color.

El hombre es un instante,
alto y delgado fuego contra el viento,
en la mitad del mar.
Por eso, ha de tornar, un día,
a la ceniza inexorable.
Porque no tiene color.



EN SOLEDAD 
            a Jaime Tello



¿No ves
esta soledad que me asedia,
que está en todo lo mío,
su vacío de seres amados
y su atribulada estirpe ?
¿No ves cómo ese mar
me tiene aún sitiado
con su furor volcánico,
aprisionado en mis paredes,
indefenso y perdido ?

Toda mi fortaleza
viene de esta batalla cotidiana
y de quienes me antecedieron en la muerte.




Marco Ramírez Murzi está considerado como uno de los más sobresalientes poetas de Venezuela. Nació en 1926, en la ciudad fronteriza de San Antonio del Táchira, ciudad que le considera como uno de sus hijos ilustres. Fue durante el curso de su vida un incesante promotor cultural. Fundó por iniciativa propia la Casa de la Cultura (Ateneo de la Frontera), que hoy lleva su nombre

 Es autor de los libros de poesía titulados: “Entre el cielo y la tierra”(1947); “Antes del olvido” con prólogo de Julio Barrenechea (1951); “Alta noche”(1955); “Otra soledad” con ilustración de Carlos Cruz Díez (1956); “El prestidigitador” (1956); “Antología Poética” con prólogo de José Ramón Medina (1960); “Sólo poemas”(1963); “La rosa y el verano”(1963); “Sin geografía” edición bilingüe hecha en Paris, Francia (1963); “El bufón de barba gris”(1966); “De amar y andar”(1967); “Rito sagrado”(1971); “El regreso del agua”(1975); “Galería de los espejos”(1975); “Viento del Oeste” (1978); “Contraposiciones” (1981); “Los estigmas” (1987); “Todo poesía” (1990); “Linaje de Neptuno” (1993) y “Sentencias del viejo pescador” (1994). 
Marco Ramírez Murzi murió en Caracas en 1997.






foto AliciaGallegos

foto AliciaGallegos







GRACIELA PEROSIO / 5 Poemas de EL PRIVILEGIO DE LOS AÑOS





a pesar de los años nunca se sabe
cómo cruzar la calle ni 
cómo abrir la puerta 
ni cuál es el riesgo que se corre
qué hacer para evitarlo
o sondearlo
o bordearlo hasta llegar
a la orilla del otro
que nos llama nos dice 
nos mira nos pregunta
¡ay! no se puede
averiguar por fórmula
y hay que saltar sin
ver el fondo de la grieta
que separa y une
por el ansia de aire
de abrazo
de anillo carnal
y de horas quietas
las ansias, el ansia 
que no cesa 
no cesa



*    *      *


a veces, raras veces
al mirar atrás hacia las raíces
con los ojos cuajados de relámpagos
porque los temporales se agazaparon allí
pensás “¿será verdad que es ésa nuestra vida?
¿será cierto que los hechos ocurrieron así?”
la memoria se divierte con la fragilidad
de nuestros sentimientos
y dibuja historias fáciles de confundir
la palabra “yo” nombraba algo
hace tres meses 
que hoy no nombra
aún no había llegado el correo
que nos sumergió en la incertidumbre
ni había muerto ella 
a quien llamaban mi alter ego
y su voz me inundaba de risa
en el teléfono
eso que dice la palabra “identidad” 
es tan cómico
porque nunca es idéntico
lo idéntico y al mirar atrás 
qué ves, acaso
¿el cuento de la noche 
para poder dormir
o la esperanza
de despertar 
y averiguarlo?


*     *       *



las otras personas creen que nos ven
pero en realidad 
ofrecemos una pantalla
sobre la que proyectan 
sus propias ficciones 
argumentos de Hollywood
cada cual al gusto del género predilecto
por ejemplo: a mí me tocan 
las comedias de Doris Day
¿se imaginan?
qué tengo que ver con eso
absolutamente nada
pero nada nada
y entonces mi vida 
es toda happy end
qué curioso
aunque hay señoras que me ven más 
Joan Crawford o Greta Garbo
hasta María Félix y 
ocultan a sus maridos
creyendo que llega la mujer fatal 
que no perdona
¡ah! identidad
identidad de quién
¿de los guionistas?



*     *       *




¿seré la que cultiva 
mimbres en macetas
jacarandáes en cornisas de balcón?
¿la que ofrece agüita a los gorriones
y le silba bajito al colibrí?
¿la que recuerda cómo iba a ser
su retoño y ya no sabe?
¿la que perdió los sueños
y ganó una tierra baldía
donde aún siembra 
la noche de su nombre
el olvidado?


*          *          *


creció en la incentivación 
constante del hacer
¡con cuánto esfuerzo y exigencia 
sobrellevaba mes a mes
la laxitud de su regla!
recién al doblar los cuarenta
descubrió con verdadero asombro
que la suavidad periódica 
-don de lo blando- 
al disolver trincheras
abría las puertas 
e hipnoptizaba candados
sólo entonces 
acertaba sin dudar
en el meollo del enigma

cuánto pagar hasta comprender
el poder del no poder

¡ah! el privilegio de los años



  




Graciela Perosio. Poeta argentina. Nació en Buenos Aires, en 1950. Se graduó en la Facultad de Historia y Letras de la Universidad de Salvador en 1972. 
Ha publicado nueve libros de poemas: 
Del luminoso error, 
Brechas del muro, 
La varita del mago,
 La vida espera, 
La entrada secreta, 
Regreso a la fuente, 
Sin andarivel, 
Balandro y El privilegio de los años.



Fotografías tomadas por Natalia Leiderman en la presentación del libro











En la presentación del libro .
 De izq. a der.  : Liliana Ponce, V. Perez Arango ,
Graciela Perosio y la editora Claudia Schvartz