lunes, 21 de septiembre de 2015

A COMER con CALIBÁN CARLOS

A COMER
con 
CALIBÁN CARLOS










RECETAS DEL CHAMÁN

Ñoquis Superlativos
superlativo, va. (Del lat. superlatīvus): Muy grande y excelente en su línea.


Ingredientes, para 4 personas:

4 papas
Harina 0000
Manteca 50 grs + o -
Queso rayado 50grs  + o –
1 huevo.
Pimienta y nuez moscada.


Tomar 4 papas del tamaño + o - de la palma de tu mano haciendo cucharita.
Cocinar CON CÁSCARA al microondas 20’/25’ de un lado y 20’/25’ girándolas o  hervirlas en agua. Controlá que estén bien cocidas.
Pelar las papas a mano, ojo que quema, soplá, soplá hayyy!
Pisalas bien como para hacer un puré (usá un pisapapas, no seas bruto)
Hacer una montaña de harina 0000, + o – igual a la montaña de puré de papas.
A la harina incorporarle un huevo, la manteca pomada, el queso rallado, y un toque de pimienta y nuez moscada. No poner sal porque se ponen blandengues y no queremos eso…
Mezclar las montañas de harina y puré hasta lograr una masa lisa.

Cortar pequeños trozos y hacer viboritas como jugando con plastilina.
Cortar las viboritas en pequeños trozos (el tamaño de los noquis es a gusto personal) y pasarlos uno a uno por un tenedor enharinado haciendo una leve presión con el pulgar para darles forma (este paso es importante si querés que la salsa se quede atrapada en los ñoquis, muchos saltean este paso porque les da paja, pero yo recomiendo que lo hagan). Vayan poniéndolos sobre un papel, así será + fácil echarlos a nadar.

Hervir agua con sal, echar los ñoquis y esperar que suban a la superficie. Están listos!
Colar y servir con salsa y queso rallado a gusto.
Disfruten chicos, disfruten!

















todas las fotos fueron tomadas por Inda y Gaia 













     






CALIBÁN CARLOS   es mago , poeta  e intérprete de armónica.
En 2014 publicó PARIDO EN CAPILLA ARDIENTE , su libro de poemas.

http://aliciagallegoseditora.blogspot.com.ar/2014/06/gran-caliban-parido-en-capilla-ardiente.html

Integró el Grupo La Horda 

http://aliciagallegospoeta.blogspot.com.ar/2013/07/la-horda-historia-del-grupo-la-horda.html


Para leer algunos de sus poemas :

http://aliciagallegospoeta.blogspot.com.ar/2013/07/caliban-carlos_29.html



http://aliciagallegospoeta.blogspot.com.ar/2013/07/caliban-carlos.html







jueves, 3 de septiembre de 2015

IVAN RUSCH / 4 POEMAS

IVAN RUSCH




Los ríos en la tierra

Olvidé lo que era dar vida,
sentado sobre el tiempo de los ascetas,
signatura profana del sol quemado en su propio átomo:
Ahora veo sólo reflejos,
las realidades se atoran en las ruinas de la ciencia,
Crono ha sido un liberal muy ignorante,
y nos ha dado los segundos muertos en las manos:
Tic-toc, sentido y tiempo, violados por el instinto,
desfasados del agua, obliterados entre los junquillos:
Brea y polvo y polvo y huella,
segundos sentados en un trono que es el vórtice de María:
Su vagina abierta como la verdad:
Y por la verdad desangrada:
Los nervios celestiales del trueno socavados
del intestino del cielo,
bajo el cielo
de un cielo
atornillado a la razón de un banquillo de parque:
Dos sombras como ojos en el cemento:
Dos ojos como cemento en la ceguera de las sombras:
Dos cielos como espinas en la carne del tiempo:
Dos ciegos como sombras en la calle del cielo:
Hay ráfagas de centauros en tus venas cuando sonríes,
pero apenas se atreven a reflectar
sépalos y nectarios de la madurez de la tierra:
Porque eso se nos ha escapado, la indomable tierra:
Polvo a su polvo y barro a su barro,
no hay derecho a reventar el sentido del poema,
mas aceptar que lo ignorado es la sangre de nuestra historia,
que lo olvidado es su esqueleto:
Y allí quizá yacemos como el fuego en la idea,
doblados, como el reflejo en la idea,
reales, como la idea en el reflejo:
Astrónomos crucificados signan estas tibias herejías,
cordones de ayahuasca mental se desatan del viaje,
formando el recreo de la conciencia:
Imágenes de un imbécil sentado en un banco,
doblado por la ignorancia y la tristeza:
Fotogramas de tu carne erguida como una rosa violenta:
Un parpadeo y dudo,
enciendo las verdades como los poetas encienden los idiomas,
flujo en el despertar de tu imagen,
que despierta como un día hecho para existir eternamente:
Vanas estas letras que se buscan
como los ríos en la tierra:
El todo es un error de la nada:
Y este poema ha sido un accidente, querida:
Un error de nuestro silencio.




 La vida imprecisa

Inflamado el pecho de flemas y universos muertos
rodé sobre la noche que rielaba sobre mi cama:
Sudor y números de lotería se mezclaban
en el sueño y en la piel del sueño:
Recordaba a Niko, que lejos de Praga alimentaba
palomas con las migajas que quedaban de su existencia:
Su piel estaba casi negra de dolor,
sus recuerdos cegados de blanca ironía:
Ha muerto ya, me dije:
Su vida se escapó en las muscíneas olvidadas y renegadas,
tanto como él dentro y fuera del diccionario:
Un llanto o tres se me fueron hasta los dedos,
me hicieron barro dentro de las uñas:
que arañaban
tempestades en las sábanas fangosas:
siluetas
de mujeres estériles y proféticas,
recuerdos del muerto o el ahogado, cartas como
el bautismo, profetas en tierra sin gravedad:
Números que dictaron en épocas de guerra fueron tan exactos
que la criptografía tuvo que hacerse homosexual
para amarlas desde Lorenz hasta el DES:
Pero han muerto ya, me dije:
Esas vidas no serán más complejas que el musgo
que decora sus tumbas:
Cansado de mi fiebre, que me hacía consciente de mi fragilidad,
me arrojé en la página abierta de un libro donde decía "agua":
Allí recordé la medida de la vida,
y arrugando mis años como papeles inútiles
me recordé:
Recuerdo estacado en la memoria de otros,
joven y viejo poeta hecho de olvido:
He muerto ya, me dije:
En una cama limpia, lejos, muy lejos,
alguien trataba de pronunciar mi nombre,
pero sus labios temblaban.
Temblaban.





 XYZ

Mi dolor es el dolor eterno, el de las masas informáticas:
El del sueño neurálgico, el del perro castrado, de los róseos vivíparos,
destrozados en el círculo de Hinamizawa:
Es la espiral de la bestia, el retorno del té a las cinco de la tarde,
del ayer, del té de ayer, del oxidado hombre hojalata:
Víbora sobre tornado,
escala como una fiebre los músculos de la memoria:
Los doblega, los atrofia, los reina:
Vivo sobre muertos, mi dolor es el del que refleja:
Yuxtaposición de poemas en una sola vida,
contradicción de vidas en la desesperación del poema:
Esto escrito, lo otro no, es el dolor del vivo,
del que espera con olvido y no con esperanza:
Escribo para sacármelo como a pulgas,
me desangro en la cara virgen de la página,
todo, dios mío, todo por quitarme esta peste llamada poesía:
Pero lector, arrastro esta piedra de palabras que me hunde:
Y usted es el estanque o el abismo.






 La autocompasión es algo patético para un poema

No soy el reflejo de tu hijo, madre,
soy su desaparición:
Ellos no lo entienden,
ellos que se reúnen en grandes salones
y abrazan a sus originarios y nietos orgullosos
porque han entrado a la universidad
o han subido por la escalera laboral:
Ellos que se reúnen con sus amigos
porque tienen dinero que poner sobre la mesa,
porque eso es como hablar, madre,
como hablar y decir algo divertido,
o es como amar,
es como amar y hacer feliz a alguien:
Madre, yo no soy el milagro de tu hijo,
soy su fracaso:
Ellos que me hablan, madre, ven tu idea deformada,
desfigurada por las navajas del tiempo y la locura,
infectada por un dios caído y obeso,
soy esa idea nacida y malinterpretada, madre:
Qué lástima que hayas tenido que sangrar por mí,
y llorar, y sufrir, y parir esperanzas para mantenerme real:
Pero en unos momentos estaré fuera de aquí,
lejos del espacio y del tiempo donde
todas las personas comparten el pan y el vino,
la alegría y el engaño de ser reales y ser hijos
porque tienen ropas en el cesto y ropas nuevas,
porque tienen vacaciones y risas y fuego,
y a mí me ignoran por no ser tu idea, madre:
No soy tu hijo, madre,
soy su contrario,
y sólo uno puede permanecer en esta tierra:
El que lee estas palabras o el que las escribe.

Madre. Madre. Madre.
Fusilada por la esperanza bajo sobrias constelaciones enloquecidas:
El río del tiempo nacido de tu vientre.












 IVAN RUSCH . 
Nació en Lomas de Zamora el 7 de septiembre de 1986. Durante los estudios secundarios descubrió autores como Salvatore Quasimodo, Vladimir Holan y Elliot que lo inclinaron hacia la poesía.Empezó a escribir y a publicar en el blog "Nuestros días se terminaron". 
Su primer reconocimiento fue cuando Alejandro Schmidt  publicó varios de sus poemas en la página "Palabra argentina" y desde entonces ha sido publicado por varios autores, ya sea en blogs o antologías. Su primer libro, "Trilogía del hombre", se encuentra en la plataforma digital Bubok y su segundo libro "El otro idioma de la muerte" en la revista colombiana Literariedad, ambos de descarga digital y gratuita. Actualmente se encuentra trabajando en dos proyectos literarios.