lunes, 25 de agosto de 2014

DOLORES ETCHECOPAR

DOLORES ETCHECOPAR 








estuve ensayando un chillido
la consagración
interceptada por miles de bocas
estuve ensayando
la desmesura
del más breve amor


por un trino
por una margarita
por la pata verde delgadísima
del tata-dios


infinitas pequeñeces luchando
libélulas corriendo en el aire
portadoras de anuncios
avatares sin ton ni son
toman mis ojos por asalto
mi corazón me llama
por la ventana de otro corazón
para un respiro
antes que caiga la noche

y obligue a los pétalos y a los pétalos



de El comienzo (hilos editora, 2010)










FOto y diseño: aliciagallegos










Dolores Etchecopar, poeta y artista visual, nació en Buenos Aires en 1956 Publicó los siguientes libros de poesía: 
Su voz en la mía (Corregidor, 1982),
 
La Tañedora (El Imaginero, 1984),

 El  Atavío (El Imaginero, 1985),
 
Notas salvajes (Argonauta, 1989)
 
Canción del precipicio (Grupo Editor Latinoamericano, 1994) , 

El comienzo (hilos editora, 2010).
Actualmente con María Mascheroni y María del Carmen Colombo , dirige el sello de poesía 
hilos editora 

sábado, 23 de agosto de 2014

DAVID WAPNER / Cosas de viejos animales





Cosas de viejos animales

(Del libro inédito “Carga, adelante, vamos”)


Dedicada está esta maraña de letras a un tío mío que más que tío era un pato y como pato que era tenía las plumas untadas de aceite, de modo que flotaba siempre sobre cualquier superficie y por consiguiente estaba prohibido bañarlo con detergente cosa que de todos modos se hizo y ahí se le arruinó la vida.

Cosas de viejos animales sucedían en el corral que venía a ser la casa de mi familia en donde si bien no nací hube de criarme junto a pollos, lechones, corderos, pichones de víbora, siendo yo depositado en el rincón de los reptiles por descubrir pero más antiguos que todos los limones que abundaban en la finca y que consistían en la única fruta comestible y que había que comer.

Cierta vez mientras me comía los piojos fui atacado por la vaca y sus hijos a causa de la alergia que profesaban y aún sostienen los vacunos a todo parásito que no sea garrapata, bestia sanguinaria que soportan con la mayor atención y que por el contrario son odiadas por los perros los cuales son capaces de devorarse su propia piel con tal de sacarse esos monstruos de su vida.

En la escuela entrenábamos toda clase de alimañas unas ya caminando otras reptando gateando otras todavía eran huevos a los cuales tomábamos de punto y pateábamos en nuestro fútbol que consistía en embocar en el arco de uno que defendía en cuclillas aún sabiendo que su posición era indefendible y dos por tres un huevo hacía blanco en un ojo y en el ojo era que el pollo nacía.

De la miseria del atuendo en que viví no queda más que un cuerno ornamental que sirvió alguna vez como mástil de mis trapos que iba renovando a medida que dejaban de existir, habiendo de pasarme épocas de puras hilachas con las que debía enfrentar no obstante a las manadas de camellos en las cuales militaban mis antiguos amigos del jaulón. egresados junto a mí de la escuela elemental para burros, aves y otras bestias sin especie.

De qué materia están hechos los pavos, las batarazas, las mulas, los escuerzos, las monas, nunca me pregunté, aunque conozco la pasta íntima de gran variedad de materia viva a la que acostumbro a honrar desde que nací, porque no me alimento de otra cosa que de aquella pulpa variable de las almas que en pena piden asilo en todo cuerpo viviente, se encarnan por acuerdo o a la fuerza y al final son echadas a la calle en donde echan a correr para saltar sobre cualquier especie que se mueva y allí estaría yo.

Nosotros perseguimos a los monos y los monos se montan a los perros y los perros corcovean y dejan por el suelo a los jinetes, caderas rotas, varias lesiones que descubren a tales monos como falsos, monos disfrazados de monos, pero los perros también actuan de perros y nosotros de nosotros y así nos damos corte en el corral, sobre la paja, a orillas del barro, a metros del tambo, en donde trabaja la vaca mala, dando leche a la fuerza, a pesar de que hace tiempo que no tiene mamón.

Cuando la cola del potro ficticio se tensa por obra de manos que se dejan arrastrar al galope sobre pampa rasa, lastimado por abrojos, herido por cardos y puntas de cuchillos olvidadas por matreros en fuga, por quién, por qué, mordido por vizcachas, picado por abejas, taladrado por chimangos, quemado or el sol, el que va tendido sabe que hay formas de morir que mejor sería enterrar.

Eran más ffelices los pollos que los patos, aún famosos ardían en brasas, crujían en las quijadas de un can, que luego gemía en sueños, despertando al gato, a la araña, al asno, al erizo, al cordero, a los patos por fin, que hacìan alboroto, por nada, por un poco de ruido, por un rumor en cadena, último estertor de los pollos, en boca de un perro, así eran los patos, que nunca estaban contentos, siempre alguna cuenta pendiente.

Cuando trotábamos por nuestra vereda nos pasaban los rinocerontes, las aveztruces, las jaurías de dingos, las manadas de antílopes, los gatos que perseguían palomas, las torcacitas, la mar en coche nos pasaba por encima y comenzábamos a nadar para arriba para alcanzar la superficie y comprobar que en efecto habíamos quedado últimos por obra y efecto de las trampas que no habían jugado la masa de animales que en tropel inventaban competencias por el sólo gusto de humillarnos.


Vamos a arreglar cuentas con las chacras que escudadas en su bajo perfil escondían bajo tierra tubérculos que nadie había visto pero anunciaban a cada rato la venida de la papa de oro,  la batata imperial, la gran remolacha del cielo, y sólo recibíamos pepitas, pepitas de papa, o los restos de la comilona que por debajo se daba la fauna subterránea, compuesta en especial por anélidos y otros apellidos más oscuros.

    
¿Qué hacían cuando los llamaba la marta, o cuando el geko los ponia en caja, o cuando el mandril les daba un chirlo, o cuando el erizo les tiraba un petardo, o cuando les olía el traste un pangolín?


Se escondían detrás del uro,
le insultaban  para que bufe:
PARA QUE EL URO SE HAGA EL CABRO







David Wapner nació en 1958 en Buenos Aires, ciudad en la que vivió hasta 1998, año en que emigró a Israel.
 Es poeta, narrador, dramaturgo, músico, cantautor y artista visual. 
 Colaboró y participò en las revistas Humi, Anteojito, Billiken, La Nación de los Chicos, La Masmédula y La Trompa de Falopo, entre otras publicaciones.
  Entre los años 1996 y 2006, dirigió el tabloide “Extremaficción” y su continuidad, el e-zine “CorreoExtremaficción”
Entre sus libros, muchos de ellos para niños, se encuentran:
Bulu-Bulu,
El otro Gardel
El Águila, 
Tragacomedias-Sacrificciones,
 La noche
Interland
Violenta Parra
Algunos son animales,
Canción Decidida
Los Piojemas del Piojo Peddy
Una novela de mil páginas
Icaro, Pajarraigos, Inspector Martinuchi, Pequeña Guía de La Gaturbe, Mardablogues, Perrupagia Amoghino Búnfeld, La Guía Ne(c)sia, Cabía una vez y Un auto en dirección hacia, entre otros.
 Ganó en cinco ocasiones el premio “Destacados de Alija” (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina( y el “Los Mejores”, del Banco del Libro de Venezuela, por sus libros para niños.


lunes, 18 de agosto de 2014

JORGE EMILIO NEDICH / EL ALMA DE LOS PARIAS

JORGE EMILIO NEDICH / 
EL ALMA DE LOS PARIAS 





SU NUEVO LIBRO 

El Alma De Los Parias

Editorial: DE LA FLOR
780 gramos, encuadernación rústica.
Edición: 2013 | Idioma: Castellano
ISBN: 9789505159284





Entrevista  de CLAUDIO ZEIGER 

publicada en RADAR 



JORGE EMILIO NEDICH

Es el primer escritor gitano de la Argentina, o por lo menos el único que logró publicar libros luchando contra un rasgo central de la cultura de su pueblo: la ausencia de escritura. Fue nómade toda su infancia, aprendió a leer y a escribir recién en la adolescencia e ingresó a la universidad para estudiar Letras antes de cumplir los cuarenta. En diálogo con Radar, Jorge Emilio Nedich, el finalista del Premio Planeta con su novela Leyenda gitana, analiza con agudeza la situación de los gitanos en la modernidad y su propia experiencia de trotamundos.
Por CLAUDIO ZEIGER


Cuando en la adolescencia dijo que quería ser escritor, sus padres se inquietaron bastante. Y no sin razón. Él mismo se inquietó (aunque por distintas razones a las de sus padres): es que cuando sintió la vocación literaria, hacía poquísimo tiempo que había aprendido a leer y todavía luchaba codo a codo con las dificultades de otra dura batalla: aprender a escribir. Jorge Emilio Nedich nació en la Argentina y es gitano. Pertenece a un antiquísimo pueblo de tradición nómade que, hasta hace apenas cincuenta años, no cultivaba la escritura. Su familia fue nómade hasta que él ingresó en la adolescencia. Ahora, a los 41 años, tiene tres libros publicados y cursa la carrera de Letras. Antes de Leyenda gitana, dio a conocer las novelas Gitanos (1994) y Ursari (1997). En su último libro recreó ficcionalmente su experiencia personal en el nomadismo, aunque también aprovechó para contar la vida en grupo de los gitanos en la Argentina, desde la década del ‘20 hasta el momento en que se hicieron sedentarios. “Mis viejos eran hijos, nietos y bisnietos de analfabetos. Hasta donde llega la memoria, nadie de mi familia leía ni escribía, y de pronto tenían un hijo que había ido cinco semanas a la escuela y ya quería ser escritor.”
TIEMPO DE GITANOS El libro de Nedich propone un interesante acceso a las costumbres y a la cultura de los gitanos, pero a medida que la trama avanza en el tiempo, logra poner en escena otra cuestión: el conflicto que se les planteó a los gitanos de las últimas décadas entre la conservación de la tradición y las presiones de la modernidad. Nedich ostenta una doble condición para afrontar estos conflictos culturales: puede abordarlos como investigador de la evolución del pueblo gitano (de hecho, está terminando un ensayo que complementará su trabajo como narrador) y también como una cuestión absolutamente personal, ligada a su familia y a la mítica nación gitana de la que también forma parte. Refugiado en la primera condición, Nedich sitúa con precisión el final de la Segunda Guerra como el momento crucial de cambio para los gitanos dispersos por el mundo: “Los grandes cambios en la comunicación y el crecimiento demográfico los obligaron a abandonar el nomadismo. Entonces los gitanos se vieron obligados a incorporar muchas categorías y cambios a los que se habían resistido hasta entonces. En primer lugar, la lectura. Hasta mediados del siglo veinte, el 90 por ciento de los gitanos no sabía leer. Era una forma de rechazar categorías ajenas a su cultura. Pero cuando deciden sedentarizarse empezaron a aprender a leer y escribir, aunque no concurrieran a las escuelas. En un momento de la novela de Nedich aparece esa brecha gigante entre los gitanos viejos, defensores a ultranza de las costumbres, y los gitanos nuevos que entran en contacto con la universidad y la tecnología, y pretenden cambios en su vida.
YO FUI NóMADE La segunda condición de Nedich –la vivencia personal– pone las cosas en un terreno más vívido aún: “Lo que recuerdo de mi conflicto personal es que tenía mucha necesidad de saber. Mi familia era nómade, vivíamos en carpas, yo había empezado a ir a la escuela en tres o cuatro oportunidades pero, cuando nos trasladábamos, dejaba. Igual aprendí a leer, aunque hasta los diecisiete años no había aprendido a escribir. Coleccionaba revistas, leía historietas, pero cuando me decidí a leer libros tuve muchos problemas que no se me presentaban con las historietas: me costaba entender lo que leía en un libro. Sufrí mucho por eso. Fue un momento difícil: o me encerraba y volvía al grupo o seguía avanzando en mi apertura al mundo exterior. Al final le tomé la mano a la cuestión de la puntuación y pude empezar a acceder a buenas lecturas (Borges o Foucault, para dar dos casos de lectura compleja), pero no sin dificultad. Dentro del pueblo gitano, leer libros no era mal visto: simplemente era considerado una pérdida de tiempo”. El nomadismo le dejó el sabor de la vida aventurera, que por supuesto incorporó como parte del arsenal como narrador; pero en la medida en que pasaba el tiempo, y el futuro escritor crecía, llegaba la conciencia dolorosa de las diferencias con el mundo de afuera. “Jamás volví a tener el sentido de la libertad que yo sentí en la infancia siendo nómade. Acampar en sitios alejados de los pueblos, debajo de los árboles, y despertar en la carpa con el canto de los pájaros era algo maravilloso. Pero después, el contacto con el mundo ya tiene otro color. El gitano más radical tiene un retraso de dos siglos. Hacete a la idea de que te vas de mochilero por la ruta: son días sin bañarse, tenés que empezar a cuidar mucho el agua, vivís sin luz eléctrica. Eso es el nomadismo. En la adolescencia empezás a advertir que el mundo va más allá de tu hábitat, y que es muy duro, que hay discriminación. Entonces uno sufre un shock y se pone a pensar. Ése es el desencanto del nomadismo: cuando vas entendiendo que estás atrasado con respecto al mundo.”
ALUMNO EJEMPLAR Un buen día, Jorge Nedich decidió estudiar Letras y se presentó en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. “Me tomaron una prueba de evaluación porque hay una ley que permite que los mayores de 25 accedan a la universidad sin haber terminado el secundario.” Después de dar la prueba, le preguntaron en qué año había dejado el secundario: “No lo dejé. No lo hice”, contestó él. ¿Primario aprobado? Tampoco. El caso derivó entonces en un precedente jurídico: “Tuvo que intervenir la Justicia para que se me posibilitara el acceso. Ahora estoy cursando el segundo año”. A decir verdad, Jorge Nedich se ha convertido en una módica celebridad en la carrera que cursa. Alumno ejemplar, con asistencia perfecta hasta que le avisaron que su novela había quedado finalista del Premio Planeta (que ganó finalmente Carlos Gorostiza con Vuelan las palomas), para asistir a la fiesta el día del premio, Nedich reunió a sus compañeros y los puso al tanto de la causa del primer faltazo que iba a tener en dos años. “Ellos tuvieron un gesto muy lindo. Como se transmitía el premio por televisión con la conducción de Santo Biasatti, se fueron todos al bar para ver la velada. En el bar no tenían cable, así que tuvieron que volver a clase, pero allí le contaron al profesor por qué yo estaba ausente y entonces todos aplaudieron para hacer fuerza.” Aunque suene curioso, cuando Nedich empezó a escribir no se dedicó a narrar historias de gitanos. Le encantaba la literatura gauchesca (al fin y al cabo, los gauchos también fueron nómades) y le fascinaban los compadritos de Borges. “Cuando iba a talleres literarios, mis compañeros esperaban cuentos de gitanos, al punto que empezaron a acercarme casetes con música zíngara o notas periodísticas sobre el tema. Ahí empecé a darme cuenta de lo que se decía desde afuera acerca de nosotros. Entonces empecé a investigar yo, como una necesidad de confrontar las versiones. Empecé a hacerlo a los veinte años, y ya llevo dos escribiendo el ensayo sobre el pueblo gitano. Me parece que no hay en todo el mundo buenas investigaciones hechas desde adentro, y en la Argentina directamente no existen. Hubo logros en otras artes, pero no en la literatura. Y con justa razón, porque es un pueblo que se negaba a la escritura.”
MALDICIóN GITANA Todos –los que no somos gitanos, pero los hemos visto con sus trajes, leyendo la línea de las manos, adorando el oro que reluce– crecimos envueltos en creencias y prejuicios sobre los gitanos: que roban niños (mito que generó la venerable advertencia de los mayores de no acercarse a sus autos), que roban los anillos cuando predicen el futuro, que echan maldiciones y ejercen otras tantas picardías. Más allá de los prejuicios y los mitos, Leyenda gitana trata en forma objetiva varios de estos tópicos clásicos de la picaresca de los trotamundos. Para Nedich, “el origen del temor a los gitanos tiene que ver con algo real: todos los pueblos nómades, puestos en la sociedad de hoy, terminan delinquiendo en un porcentaje muy alto. Vuelvo a la comparación con la vida de mochilero: a la semana perdés la pulcritud, empezás a quedarte sin víveres, no tenés comodidades para cocinar. Y entonces es muy probable que, si pasa una gallina o una oveja, la manotees y la comas. Lo que no hace el nómade es quedarse con veinte gallinas o veinte ovejas. Cuando los gitanos venían atravesando pueblos era seguro que iba a faltar alguna gallina o alguna oveja. Esto alimentó el mito de que los gitanos se robaban todo. Y lo mismo ocurre con la adivinación: una gitana te pide el reloj y unos pesos y te dice que lo va a curar, y vos te vas a quedar esperando toda la vida que vuelva con tu reloj. No deja de ser un delito, no la estoy excusando, pero siempre tuvo que ver con la necesidad de supervivencia”.
NACIóN GITANA En 1982, a raíz de un pedido de Yul Brinner (él preside una de las asociaciones gitanas más poderosas), la Unesco otorgó el reconocimiento de nación al pueblo gitano. Esa nación había tenido su origen en el noroeste de India, pero Nedich acepta que, para el mundo entero, las referencias de la tierra gitana están en España, Hungría y Rumania. “Los gitanos de esa zona han trascendido a través del arte, con los violines, con el guitarrista de jazz Django Reinhardt, con el cante y el flamenco en España”, señala. Pero, más allá de ciertas imágenes cristalizadas en el arte y el folklore, los problemas sociales de los gitanos iban por otros rumbos y eran muy acuciantes: ¿Cómo serán los gitanos del futuro? ¿Tendrán documentos de identidad? ¿Irán todos a la escuela, podrán elegir su destino, el mundo los dejará elegir la vida que deseen?, se pregunta un personaje de Leyenda gitana, allá por los años ‘20, en un pueblo perdido de la provincia de Buenos Aires donde está acampando por unas semanas. Ahora que ese futuro imaginado inevitablemente llegó, Nedich se anima a contestar algunas de esas preguntas que le hizo formular a su personaje. “Sí, el gitano hoy tiene documentos, va a la escuela, se educa, recibe formación. Pero queda por delante toda la discusión acerca de la problemática de insertarse o no en la sociedad. Porque la discriminación es mutua. Pero hay que hacer la salvedad de que el gitano discrimina al sistema, no a las personas. Los gitanos se opusieron históricamente al esclavismo y enfrentaron la muerte por eso. Durante la Revolución Industrial, cuando se plantea vender la fuerza de trabajo, los gitanos se negaban. Esto llevó lógicamente a una persecución política. Cuando el capitalismo creó leyes contra la vagancia y la errancia, el gitano, por supuesto, fue de los primeros en padecerlas. Y también sufrió la persecución religiosa, porque no bautizaba a sus hijos, no pagaba el diezmo, no iba a misa. Todavía hoy se niega a vender su fuerza laboral, se pregunta ¿por qué tengo que trabajar doce horas para otro? Lo cual es discutible, porque la idea de ser absolutamente libres puede llevar a la esclavitud. El pueblo gitano no tiene más remedio que ir cediendo en sus pretensiones de mantenerse al margen de la sociedad. La integración va llegando de la mano del matrimonio mixto: el trasvasamiento cultural que hacen las mujeres es muy fuerte. Y el saldo es positivo: hace cincuenta años era un pueblo analfabeto; hoy cuenta con egresados en todas las carreras. Es bastante lo que se consiguió.”
PERFUMADO Y MELOSO “Mi mundo ya no es el de los gitanos que aparecen en la novela, pero sentimentalmente estoy muy ligado a ellos”, dice Nedich, consciente de que por el momento resultará bastante difícil que los gitanos lean sus libros. “Yo creo en el principio de la unidad en la diversidad. Apunto a una integración, pero conservando la diferencia. Me baso en una anécdota de Lévi-Strauss que leí en un texto de Susan Sontag: resulta que lo llevaron a Puerto Rico y le mostraron una destilería de ron muy limpia, que tenía toda la grifería cromada y brillante. Pero cuando probó el ron que hacían allí, lo encontró vulgar y grosero. Después lo llevaron a una destilería del siglo XVIII en la isla Martinica, donde encontró un ron que le pareció perfumado y meloso. Lévi-Strauss terminaba diciendo que eso es lo que ocurre con las sociedades modernas: tratan de borrar el perfume y el sabor de las sociedades antiguas. Creo que en esta misma encrucijada se encuentran los gitanos: ¿cómo integrarse y mantener esas virtudes perfumadas y melosas que supo apreciar Lévi-Strauss?”





viernes, 8 de agosto de 2014

MARÍA MASCHERONI / de EL CANSANCIO DE LOS HIJOS / 9 POEMAS

MARÍA MASCHERONI /
de EL CANSANCIO DE LOS HIJOS /
9 POEMAS





adónde ir?
de todos modos, cada dos por tres, cada tanto
caerá un pichón de alas recientes a mi paso
devorado por la vigilia absorta del mundo



                                                                                 *





no había visto antes
ningún pájaro de vuelo terminado para entenderlo
¿cómo lo supe?
quieto más quieto echado de espaldas como ningún animal
así nomás    para nada   un pájaro no se queda inmóvil
ni apoya su espalda en la tierra

     ¿tienen espalda los pájaros?

las cucarachas sólo están de espaldas cuando les quedan pocos
                                                                               recursos para vivir

antes    mucho antes    tuve delante de mí esta visión:
le arrojábamos piedras desde lejos
en esas circunstancias cualquier movimiento
un rumor    darían cuenta    advertirían
que la muerte continúa su trabajo
interminable sol poniente en una fotografía

       ¿qué quiere saber de la muerte del pájaro?

así mi padre se posaba cada día en el mundo
encogido de espaldas de costado
no está muerto     decíamos para los adentros cada vez
cuando en la piel el escozor se anunciaba

¿que cómo lo sé?
así lo sabíamos
lo sé porque cada tarde capturada la respiración por su imagen quieta
temiendo que lo peor sucediera a su alma cada tarde
cruzábamos la distancia que nos separa de su boca
y nuevamente -alivio impropio- su flaco aliento

a mi paso un pequeño pájaro echado
de espaldas en el suelo con las patas encogidas
                                             abre una grieta entre pecho y cielo
no dudé cuando lo vi    sé que estaba muerto

¿cómo lo supe?

la postura del pájaro la postura de mi padre
hermanadas caminan ante mis ojos que extraviados
en los asuntos de la muerte comienzan a despuntar la vieja tonadilla:
sólo los hombres permanecen inmóviles innumerables días con sus noches
                                                                                          y quieren vivir                                                            






                                                                              *



una constatación
los pájaros no son gaviotas
olvidan la virtud del agua    el animal
tratan de recordar
y sin embargo una parva paciente de hijos
con las cuerdas desparramadas levanta vuelo

busco pájaro en cada cosa que muere
pienso ahora que los pájaros mueren volando
una implosión silenciosa de sus características convierte el horizonte

una sentencia
van a morir uno a uno mis corazones perforados
van a morir los hijos y los hijos y de seguro
morirán los acuñados pacientemente para eso


                                                                                 


                                                                                  *



el pájaro es una interrupción, otra la muerte
tropiezo que invita a entrar en la corriente y pide un pensamiento




                                                                                       *



no todo es pájaro en este cuento
hubo otros muertos      los habrá

si miro hacia la izquierda
las aves dejadas en nuestros hombros no alejan la desdicha
vamos a posarnos ahora en donde faltan las cruces
que amanece    aún es tiempo de hundirse
                                                          y seguimos tumbados

esta generación canta el recuerdo del látigo con voz ahíta
mira con extremidades cabrías y mustias
cómo la oscuridad se levanta en la aurora fácilmente dañada de sus sueños


                                                                           


                                                                               *



a pesar de todos los esfuerzos esto se termina por sequía y decisión
los cascos avanzan sin descanso en dirección contraria a los acontecimientos
al compás del río que pasa llevando lo matado
         -que no es morir lo que ellos hacen con los nuestros-
con los dedos en pinza intento atrapar lo que el agua se lleva tan fácil
llegan a la orilla las cicatrices mudas
y allí nos recostamos

hasta que algo      algo encaje por favor





                                                                              *




última enseñanza del padre sin traducción


                                                                                *


la cosa le llega a uno como caída del cielo
y se tiene siempre presente el peligro
no voy a resumir
veo carreteras saludando nuestra pequeña desgracia como a un comienzo
y dejo a los tiempos seguir su curso, animados
permanezco en esta página convertida en camposanto
en cuna
y de pronto ya no importa y canto una alabanza en voz bajita
olvido el orden de los nacimientos me descalzo y otra vez miramos a los ojos
 y preparamos el vino
y empezamos la fiesta como pichones acosados de esperanza

                                                               

                                                                               *



el sol vuelve a ponerse sobre las inteligencias
otra vez es verano
y avanzamos hacia el producto numeroso de la tierra


                                                                                                 María Mascheroni 







Nota : Así como RAYUELA de Cortázar tiene dos caminos para acceder a su lectura, he seleccionado de EL CANSANCIO DE LOS HIJOS estos poemas que aquí  no siguen el orden presentado en el libro. Aparece entonces otra lectura , podrían surgir tantas como lectores . Es la magia que solamente nos ofrecen los libros compuestos a la manera de las grandes sinfonías. 
                                                            Alicia Gallegos


















    María Mascheroni nació en Buenos Aires ,en 1958.
Es  poeta , psicoanalista , orfebre , actualmente forma parte del Consejo editor de Hilos Editora, editorial dedicada a la poesía.
Como poeta viene trabajando con las palabras hace tiempo, en 1997 publicó "La inevitable curva" en Botella al Mar  y luego vinieron  tres libros más , Impaciencia de la sed  y  Jardín publicados en Editorial tsé-tsé. Ya en " La Inevitable curva" desarrolló un trabajo que convirtió a ese libro en un pieza muy particular. 
 "El cansancio de los hijos " es su quinto libro.

http://aliciagallegoseditora.blogspot.com.ar/2013/07/una-nota-que-escribi-acerca-de-el.html

martes, 5 de agosto de 2014

MARÍA MASCHERONI / el sol vuelve a ponerse sobre las inteligencias..............

MARÍA MASCHERONI




el sol vuelve a ponerse sobre las inteligencias

otra vez es verano
y avanzamos hacia el producto numeroso de la tierra


                                





 de El cansancio de los hijos
                                                 hilos editora






foto de María Mascheroni

LIBROS QUE MATAN . Conduce SILVIA HOPENHAYN

"LIBROS QUE MATAN", EN CANAL Á, 
DOSTOIEVSKY, CAMUS, BORGES, CAPOTE, DE QUINCEY, PIZARNIK, SUSKIND, STEPHEN KING, Y UNOS CUANTOS MÁS... 
CRÍMENES VERDADEROS... SIN VÍCTIMAS REALES!! 









Presenta/ Conduce : Silvia Hopenhayn 




viernes, 1 de agosto de 2014

LEÓNIDAS LAMBORGHINI / La cura' el mate

LEÓNIDAS LAMBORGHINI


La cura' el mate


-¡Ave María Purísima!
-¡Sin pecao consébida!
-¿Está en pecao? ¿Y es un pecao irremediable? (ningún mayor dolor)
¿Pero no deja de buscar la asolusión? ...¡ Velay con el pecador!
¿Y no conoce usté la cura' el mate?...Don Antonio
me la enseñó: él risaba en su mate vacio y el mate
en un santiamén se le volvía Templo...¡Lo viera! ¡Creameló!:
cuando en la soledá de la pampa el miedo a su pecao
lo agarraba a coscorrones ¡mea culpa! ¡mea culpa!
y quería miar tuita su culpa y 
no tenía Templo ande hacerlo
metía su' humilde bombiya de anacoreta gaucho en el vacío
'el mate y por el pico' e lata comensaba a echarle resos...
¡Lo viera! :
Su trompa no se dispegaba e' la bombiya y ni una palabra
salía' e su boca porque él risaba con la mente
y los resos iban pasando al fondo' el mate
por el tubito' e la bombiya ¡ahijuna! y el mate se le iba
enyenando' e resos y áhi está: en un santiamén
el mate se le había vuelto Templo. Dánosle.Danósle.
-¡Mate Padre!
-Y Don Antonio y su mate se' empiesan a dir pa' arriba...
¡Creameló! áhi arriba suspendidos en la imensidá' el Universo
y abajo la imensidá de la pampa y tanto espacio empiesa
a curarlo' el pecao y siente cómo la asolusión le viene
del fondo' el mate...¡Y no! ¡Qué avería de' estrañar la yerba!
si la gracia (¡Danoslé! ) (Danoslé! )
está áhi en risar y déle reso con el mate vacío en el
vacío pa' que' el vacio del mate en el vacío
¡Jué pucha!
lo deje vacio' el pecao...¡Vacio Santo!
- ¡Mate Nuestro!
-¡Vacío Nuestro!
                               ¡Ave! ¡María! ¡Purísima!
                               ¡Sin ! ¡Pecao ! ¡Consébida!
                 Avemaríapurísimasinpecaoconsébida
-¡Hijunigransiete!


( en : Parte 1. Estanislao del mate )
de  TRAGEDIAS Y PARODIAS I
LIBROS de TIERRA FIRME
Buenos Aires 1994


En una introducción a ésta edición dijo L.L.


                                                         Tragedias y parodias

     Tragedia y parodia, esto es lo que se respira en el aire de la época.
Los poemas que con este primer tomo inician la serie fueron escritos durante los años de mi permanencia en México (entre 1977 y 1990).....
       En este primer tomo he querido rendir , a mi modo, puntual homenaje a los Maestros Gauchescos. Ellos supieron cantar la desdicha desde la diversión ( del lenguaje, del tono) : Hidalgo, Ascasubi, del Campo, Hernández. Vieron en las posibilidades de lo Cómico la fundamental de dar expresión profunda y verdadera, expresión en el límite, al dolor humano. Asumieron la Distorsión y, soslayando o compensando el lloriqueo, la devolvieron, de esa manera, multiplicada : conectando el horror a la risa. Cultores eximios del remedo, la mezcla y el disfraz en el marco de la barbarie civilizada fueron (son ) paródicos por trágicos y trágicos por paródicos. Por eso resultan más actuales cada día.
        Años extraños los de México, años en los que la ausencia alucinó mi pampa literaria, la voz de estos poemas. 
                                          Leónidas Lamborghini